Llama mucho la atención que en aquel pasaje del evangelio en que Jesús pregunta a Pedro tres veces si lo ama y luego le encomienda que apaciente sus corderos, sus ovejas, Pedro en lugar de concentrarse en la gran misión que acaba de recibir, piensa es en el destino de Juan, el llamado discípulo amado. Leamos el pasaje para refrescar el momento: Juan 21,15-22
"Cuando comieron, dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que estos? Él le dijo: Si, Señor, tu sabes que te amo. Díjole: ¡Apacienta mis corderos! Volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Díjole: Si, Señor, tú sabes que te amo. Díjole: ¡Apacienta mis ovejas! Por tercera vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Se entristeció Pedro porque le dijo por tercera vez: ¿Me amas? Y le respondió: Señor, tu sabes todo, tu sabes que te amo. Díjole Jesús: Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo que cuando eras más joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás tus manos, otro te ceñirá, y te llevará a donde tú no quieras. Dijo esto indicando con que muerte glorificaría a Dios. Después añadió: Sígueme.
Pedro, volviéndose, vio que le seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el que en la Pascua se recostó en su pecho, y le había preguntado: Señor, ¿quién es el que te va a entregar? Pedro, al verlo, dijo a Jesús: Señor, ¿y este qué? Jesús le dijo: Si yo quiero que éste se quede hasta que yo venga, ¿a ti que? Tú sígueme.
Cada día Dios nos llama a seguirlo, nos encarga misiones como la que encargó a Pedro ese día que fue liderar la iglesia que Jesús fundó. Pero muchos de nosotros, así como Pedro, en ese momento, en lugar de asumir nuestro encargo, nos ponemos a pensar en el papel de las otras personas que están con nosotros y allí es cuando Jesús nos hace reaccionar diciéndonos "Tu sígueme", tu haz tu trabajo, el trabajo que te he encargado, a ti no te importa lo que yo haga con los otros, tu encárgate de lo tuyo.
Pensemos en esto en todo momento, en nuestro trabajo, en nuestros estudios, en nuestros servicios, bien sea en la parroquia, en el coro, en la calle, donde sea, siempre, debemos estar atentos a seguir al maestro.
Que Dios les bendiga
Johan Parilli
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